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*  Himno - Jesús: En voz confío

*  Por la señal, de la santa cruz...

*  Jesús mi Señor y Redentor…

*  Himno para todos los días:

 

Tu cuerpo es preciosa lámpara,

llagado y resucitado.

Tu rostro es la luz del mundo;

nuestra casa, tu costado.

 

Tu cuerpo es ramo de abril

y blanca flor del espino;

y el fruto que nadie sabe,

tras la flor eres tú mismo.

     

Tu cuerpo es salud sin fin,

joven, sin daño de días;

para el que busca vivir,

es la raíz de la vida. Amén.

 

Expiraste, Jesús, pero una fuente inagotable de misericordia brotó para el mundo entero; y los rayos luminosos que salen de tu Santísimo Corazón iluminan a toda la humanidad. ¡Misericordia Divina, fuente inagotable de vida!: Abarca al mundo entero y derrama abundantes bendiciones para todos nosotros.

 

¡Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como fuente inagotable de misericordia para nosotros! Jesús Misericordioso: En ti confío.

 

DÍA PRIMERO

 

Oremos hoy por todo el género humano, especialmente por los pecadores.

 

Hoy traemos a todo el género humano, especialmente a todos los pecadores y los dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Este sumergimiento purificará a la humanidad y dará consuelo a la tristeza de Jesús, por la pérdida de muchas almas.

 

Jesús Misericordioso: Tú que eres ejemplo de amor y de perdón y que tuviste compasión de la humanidad y le perdonaste sus pecados, perdónanos también a nosotros nuestras deudas; y acógenos en tu Corazón amable y santo; y no permitas que salgamos jamás de él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

 

Padre Eterno: Vuelve tu mirada compasiva hacia todo el género humano y en especial a los pobres pecadores, pero que a pesar de todo están en el piadosísimo Corazón de Jesús. Te suplicamos, Padre celestial que, por los méritos de la Dolorosa Pasión de tu Hijo amado, nos perdones nuestros pecados y saboreemos la delicia tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padre nuestro… Ave María… Creo en Dios Padre…

 

*   Padre Eterno: Yo te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (una vez).

 

*   Por su Dolorosa Pasión: Ten misericordia de nosotros y del mundo entero (diez veces).

 

* Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal: Ten misericordia de nosotros y del mundo entero (una vez).

 

* ¡Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como fuente inagotable de misericordia para nosotros! Jesús Misericordioso: En ti confío (una vez).

 

 

JESÚS MISERICORDIOSO: EN TI CONFÍO

 

Postrado a tus pies, humildemente,

vengo a pedirte dulce Jesús mío,

poderte repetir constantemente:

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

Si la confianza es prueba de ternura,

esta prueba de amor darte yo ansío,

aun cuando esté sumido en amargura,

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

En las horas más tristes de mi vida,

cuando todos me dejen, ¡Oh Dios mío!,

y mi alma esté, por las penas, abatida,

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

Aunque sienta venir la desconfianza,

y aunque todos me miren con desvío,

no será confundida mi esperanza:

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

Si contraje contigo santa alianza,

y te di todo mi amor y mi albedrío,

jamás será frustrada mi esperanza,

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

Y siento seguridad de tal suerte,

que sin temor a nada, Jesús mío,

espero repetir hasta la muerte:

Jesús misericordioso: En ti confío.

 

*  Himno - Jesús: En voz confío

 

*  Que la Dolorosa Pasión de Jesús Misericordioso nos conmueva; sus cinco llagas sanen nuestras heridas; su preciosísima Sangre nos lave; y sus rayos de luz nos santifiquen. Amén.

 

*  Gloria al Padre…

 

*  En el nombre del Padre…

Nota: Los demás días como el día primero; lo único que cambia es la intención del día correspondiente a la Novena y los tres párrafos siguientes a la intención.

 

DÍA SEGUNDO

 

Oremos hoy por los sacerdotes y religiosos.

 

Hoy traemos a todos los sacerdotes y a las religiosas y religiosos y los dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Ellos son los que hoy dan fortaleza a todos aquellos seguidores de Jesús que llevan una cruz muy pesada. A través de ellos, como a través de canales, la Divina Misericordia fluye hacia la humanidad.

 

Jesús Misericordioso: Tú que eres fuente de bondad, multiplica tus bendiciones sobre las personas consagradas a tu servicio, para que ellas puedan hacer muchas obras de misericordia; y para que muchos imiten su ejemplo y glorifiquen al Padre Misericordioso que está en el cielo.

 

Padre Eterno: Vuelve tu mirada misericordiosa hacia el grupo predilecto de tu Viña, hacia tus sacerdotes y a las religiosas y religiosos, y cólmalos con la abundancia de tus bendiciones. Por el amor del Corazón de tu Hijo amado impárteles tu luz, para que guíen a otros en el camino de la salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

Oremos hoy por todas las personas devotas y fieles.

 

Hoy traemos a todas las personas devotas y fieles y las dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Estas personas fueron las que consolaron a Jesús Nazareno a lo largo del viacrucis. Estas personas son las que también hoy siguen enjugando lágrimas, consolando a los tristes y ayudándoles a otros a llevar la cruz.

Jesús Misericordioso: Del valioso tesoro de tu misericordia distribuye tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en tu compasivo Corazón y no permitas que salgamos de allí. Te pedimos esta gracia en virtud del más excelso de los Amores; aquel con el que tu Sagrado Corazón arde tan fervorosamente por el Padre celestial.

Padre Eterno: Vuelve tu piadosa mirada hacia las personas fieles que siguieron las huellas de tu Hijo amado y derrama en ellas abundantes bendiciones y tenlas siempre bajo tu cuidado paternal. Que estas personas jamás dejen de amar y que cuiden el valioso tesoro de la fe, para que glorifiquen tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA CUARTO

 

Oremos hoy por los que no creen y todavía no conocen la Divina Misericordia.

 

Hoy traemos a todos los que no creen y los que todavía no conocen a la Divina Misericordia y los dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Jesús también pensaba en ellos durante su Dolorosa Pasión. Por ellos es nuestra oración de hoy para que la luz de Dios llegue algún día a sus vidas y encuentren el camino de la verdad.

 

Jesús Misericordioso: Tú que eres la Luz del mundo, recibe en la morada de tu corazón, lleno de compasión, las almas de aquellos que todavía no creen en ti, o que no te conocen. Que los rayos luminosos de tu divina gracia los ilumine, para que también ellos, unidos a nosotros, ensalcen tu maravillosa misericordia, y no los dejes salir de la morada de tu corazón desbordante de piedad.

 

Padre Eterno: Vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de aquellos que no creen en tu Hijo amado, y a las almas de aquellos que todavía no te conocen. A ellos aproxímalos a la luz del Evangelio y permíteles que puedan saborear la delicia de tu misericordia. Amén.

DÍA QUINTO

 

Oremos hoy por nuestros hermanos separados.

 

Hoy traemos a nuestros hermanos separados y los dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Ellos, durante la Dolorosa Pasión de Jesús, desgarraron su Cuerpo y su Corazón, es decir, su Iglesia. Si ellos algún día regresan a la verdadera Iglesia, las llagas de Jesús cicatrizarán y de este modo aliviarán su Dolorosa Pasión.

 

Jesús Misericordioso: Tú que eres la misma bondad, no niegues tu luz a aquellos que te buscan por caminos diferentes. Recibe en tu Corazón desbordante de piedad a nuestros hermanos separados. Encamínalos, con la ayuda de tu luz, a la unidad de la Iglesia; y no los dejes marchar del abrigo de tu compasivo Corazón, que es todo amor. Haz que también ellos lleguen a glorificar tu divina misericordia.

Padre Eterno: Vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tu divina gracia, manteniéndose obstinadamente en el error. También a ellos da abrigo en el Corazón misericordioso de Jesús. Y no mires sus errores, sino el amor de tu Hijo amado y su Dolorosa Pasión que aceptó también por ellos. Haz que también ellos saboreen y glorifiquen tu gran misericordia. Amén.

 

DÍA SEXTO

 

Oremos hoy por los niños y por las personas humildes.

 

Hoy traemos a los niños y a las personas humildes y los dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Los niños y las personas humildes son los predilectos de Jesús y los que más se asemejan a su Corazón. Hoy estas personas son como ángeles terrestres que velan postrados al pie de los altares. Ellos son bendecidos de manera especial con torrentes de gracia.

 

Jesús Misericordioso: Tú que dijiste: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón", acoge en tu Corazón, desbordante de piedad, a todos los niños y a las personas humildes. Estas personas son las más preferidas del Padre celestial. Ellas son como el ramillete de flores más hermoso, que despide su deliciosa fragancia y se eleva hasta trono de Dios. Amadísimo Jesús: Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

 

Padre Eterno: Vuelve tu mirada llena de misericordia hacía los niños y hacia las personas humildes y albérgalas en el Corazón, amable y santo, de Jesús. Padre Santo: Estas almas se asemejan más a tu Hijo amado y su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar tu trono. Padre Misericordioso: Bendice a todo el género humano, para que todos saboreemos la delicia de tu misericordia y te alabemos, por los siglos de los siglos. Amén.

 

DÍA SÉPTIMO

 

Oremos hoy por las personas que veneran la Divina Misericordia.

 


Hoy traemos a todas las personas devotas de la Divina Misericordia y las dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Estas personas fueron las que más lamentaron la Dolorosa Pasión de Jesús y las que penetraron más profundamente en su espíritu. Ellas son hoy un reflejo viviente del Corazón compasivo de Jesús. Las almas de estas personas resplandecerán con un brillo especial en la vida futura. Jesús asegura que ninguna de ellas irá al fuego del infierno, porque Él las defenderá, de modo especial, en la hora de la muerte.

Jesús Misericordioso: Recibe en tu Corazón compasivo a todos los que hoy, de manera especial, veneramos, alabamos y exaltamos la grandeza de tu misericordia. Todos tus fervientes devotos seguimos tus huellas, oh Jesús, en busca del premio que nos has prometido. Hoy, Señor Jesús, imploramos tu ayuda para enfrentar las duras batallas contra las fuerzas del mal. Hoy, Señor Jesús, conscientes de nuestra miseria, te suplicamos que, por su Dolorosa Pasión, tenga misericordia de nosotros y del mundo entero.

Padre Eterno: Vuelve tu mirada compasiva sobre todos los que aquí en la tierra veneramos, alabamos y exaltamos a la Divina Misericordia, que eres Tú mismo, y que es también tu Hijo amado. A nosotros, que somos tus hijos, bendícenos, oh Dios, y haz que todos seamos misericordiosos, como Tú eres misericordioso. Que cuando Tú, Señor, nos llames para pedirnos cuentas nos encuentres con las manos llenas de buenas obras, para que podamos saborear la delicia de tu misericordia en el cielo. Amén.

 

DÍA OCTAVO

 

Oremos hoy por las almas que estén en el purgatorio

 

Hoy traemos a las benditas almas del purgatorio y las dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Que los torrentes de sangre y de agua que brotan del Corazón de Jesús refresquen el ardor del purgatorio. Todas las almas son muy amadas por Jesús. Ellas cumplen con el justo castigo que deben pagar. Si todos los humanos conociéramos de verdad los tormentos que sufren las almas en el purgatorio, repetidamente ofreceríamos muchos sufragios por ellas y así pagaríamos sus deudas y las sacaríamos de penas.

 

Jesús Misericordioso: Dejo hoy en tu Corazón desbordante de misericordia a las almas del purgatorio, almas que tanto aprecias pero que deben estar allá, pagando sus deudas. Que la Sangre y el Agua que brotaron de tu Corazón, amable y santo, apague las llamas purificadoras para que, también allí, el poder de tu misericordia, sea glorificado.

 

Padre Eterno: Mira con ojos misericordiosos a las almas que padecen en el purgatorio y que Jesús acoge en su Corazón, desbordante de piedad. Te suplico que, por la Dolorosa Pasión que sufrió tu Hijo amado, tengas misericordia con las almas que se hallan bajo tu justiciera mirada. Te pido, oh Dios, el descanso eterno para todas las benditas almas del purgatorio, porque creemos firmemente que tu bondad y compasión son infinitas. Amén.

DÍA NOVENO

 

Oremos hoy por las personas tibias

 

Hoy traemos a las personas tibias y las dejamos en el Santísimo Corazón de Jesús, para que se sumerjan en el océano de su infinita misericordia. Estas personas son las que más dolorosamente hieren el Corazón de Jesús. De ellas dice Jesús en el libro del Apocalipsis: “Por cuanto que eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap. 3, 16). Para estas personas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a la Divina Misericordia.

 

Jesús Misericordioso: Tú que eres benigno, alberga en tu compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza. Que el puro amor que inflama tu Corazón encienda en ellas, de nuevo, la llama de tu amor. Oh Jesús: Ejerce tu misericordia y atráelas a ti, que eres llama viva de amor, y haz que ardan con santo fervor, porque Tú todo lo puedes.

 

Padre Eterno: Mira con ojos misericordiosos a las almas tibias que, a pesar de todo, Jesús alberga en su Corazón, lleno de piedad. Padre Misericordioso: Te ruego, por los méritos de la Sagrada Pasión de tu adorado Hijo, y por sus tres largas horas de agonía en la cruz, que todas las personas tibias de corazón algún día ardan también de amor por ti y glorifiquen tu eterna misericordia. Amén.

 

CONSAGRACIÓN A JESÚS MISERICORDIOSO

 

Jesús Misericordioso: Yo me consagro enteramente a ti, para vivir iluminado por los rayos luminosos de tu amor infinito que brotaron de tu Santísimo Corazón en la cruz. Derrama en mí, Señor, a través de esos rayos divinos, tu santa fragancia y ayúdame a esparcirla con acciones de compasión y de bondad. Oh buen Jesús: Inunda todo mi ser con el manantial inagotable de tu amor misericordioso, para que yo te sirva, te ame y te alabe por toda la eternidad. Amén.

 

*  Himno - Jesús: En voz confío

 

*  Que la Dolorosa Pasión de Jesús Misericordioso nos conmueva; sus cinco llagas sanen nuestras heridas; su preciosísima Sangre nos lave; y sus rayos de luz nos santifiquen. Amén.

 

*  Gloria al Padre…

*  En el nombre del Padre…

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A LA DIVINA MISERICORDIA

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